Los andadores son fundamentales en muchos casos para personas que ven reducida su movilidad.
Además de los andadores, es conveniente tener una serie de hábitos o realizar actividades que puedan ayudarte a disminuir algunos de los problemas asociados a la edad o a la disminución en la movilidad.
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No abandonar la actividad.
Lo primero y más importante es mantenerse activo. A mayor movimiento, menor pérdida de movilidad. Para ello, los andadores para adultos son una gran ayuda. Por ejemplo, una forma de mantenerse activo y hacer ejercicio es dar un pequeño paseo por tu barrio. Esto te ayudará a mantener la agilidad y la fuerza en su musculatura.
Además, así puedes prevenir o paliar la atrofia muscular, que es muy común en personas con poca actividad.
2. Llevar una buena dieta
Es recomendable llevar una dieta equilibrada, ya que al poder realizar menos movimientos se quemarán menos grasas. Así, con una dieta equilibrada basada en frutas, verduras, pescados y carnes bajas en grasas podrás tener una alimentación adecuada (todo ello acompañado de ejercicio. También son importantes los lácteos, ya que el calcio ayuda a fortalecer los huesos.
3. Hacer ejercicio
Hay una serie de ejercicios y rutinas fáciles de realizar y que no suponen tener que hacer grandes movimientos en una persona afectada por movilidad reducida:
- En primer lugar, que la persona se vea útil a la hora de realizar tareas en el hogar. Si necesita de ayuda de un andador o de un bastón que lo utilice. Así, realizará movimientos beneficiosos y que harán que su cuerpo esté en movimiento.
- Ayudar a la persona en los desplazamientos. Si una persona afectada de movilidad reducida se cansa cuando camina mucho, se le debe acompañar, use o no andador.
- Existe una serie de ejercicios para que las personas con poca movilidad puedan realizar sentados. En todos ellos se debe estar sentado en una silla, sillón o cualquier otro asiento y con los pies apoyados en el suelo. Se deben realizar entre 10 y 15 repeticiones, según las posibilidades de la persona.
Ejercicios para mejorar la movilidad
1. Levantar los talones mientras se mantienen las puntas de los pies apoyadas. La persona encargada de ayudar en el ejercicio debe hacer resistencia con las manos en las rodillas.
2. Otro ejercicio sería levantar las puntas de los pies mientras se tienen apoyados los talones. Mientras, la persona que ayude en el ejercicio debe presionar las puntas de los pies
3. Estirar y doblar la pierna. La persona que ayuda deberá hacer resistencia poniendo su mano en el pie, para que así el que realiza el ejercicio tenga que hacer un esfuerzo algo mayor.
4. Levantar la rodilla con la pierna flexionada. Mientras, la persona que ayuda debe hacer resistencia con su mano apoyada en la rodilla. Este ejercicio se complementa con uno contrario, que consiste en que la persona que ayuda levante la pierna desde la parte posterior de la rodilla y la persona que hace el ejercicio deberá hacer fuerza para tocar el suelo con el pie.
5. Con los pies apoyados en el suelo, separar las rodillas mientras la persona que ayuda hace fuerza con sus manos puestas en la parte exterior de las rodillas.
6. Este ejercicio es el contrario al anterior. En este caso, se deberá cerrar las rodillas mientras se hace resistencia desde el interior de las rodillas y así hacer resistencia al movimiento.
7. Con los brazos levantados y en paralelo al suelo, se harán presiones en las manos por parte de la persona que ayuda. Esta presión se realizará en cualquier parte de las manos (desde la izquierda, derecha, arriba o abajo) con la idea de desestabilizar. La persona que realiza el ejercicio debe intentar mantener el equilibrio.